Miguel Malatesta, vecino, resaltó la importancia de las colectas de sangre y detalló los desafíos que enfrenta el sistema. “La mejor manera de fomentar la donación es mediante colectas”, afirmó, destacando dificultades logísticas como la escasez de extraccionistas y la necesidad de ambulancias para transportar la sangre colectada.
En el verano, la demanda de sangre aumenta, especialmente para cirugías y partos, lo que refuerza la urgencia de contar con un flujo continuo de donantes. A pesar de los inconvenientes, Malatesta destacó la alta participación: “En un día llegaron 15 donantes espontáneos”. Además, mencionó que semanalmente se envían entre 20 y 25 bolsas de sangre a La Rioja.
Recomendó a los donantes desayunar sin consumir lácteos y consultar a la doctora si toman medicación. Concluyó con un mensaje claro: “La sangre debe esperarnos, no nosotros a ella”.
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