En la apertura de la Cumbre Iberoamericana, el presidente de Ecuador, Daniel Novoa, destacó los desafíos que enfrenta la región, como el crimen transnacional, el cambio climático y la falta de apoyo gubernamental. La cumbre fue marcada por la baja participación de líderes regionales.
Durante la sesión final de la Cumbre Iberoamericana, celebrada en Cuenca, Ecuador, el presidente Daniel Novoa subrayó la urgencia de enfrentar los «momentos duros y complejos» que atraviesa Iberoamérica. En su discurso, advirtió sobre el impacto del crimen transnacional, las sequías y el cambio climático, que afectan gravemente a los países de la región.
Novoa hizo un llamado a la unidad y la acción, enfatizando que los líderes deben ser responsables de sacar a sus países y la región adelante. Sin embargo, la cumbre se vio eclipsada por la falta de presencia de varios mandatarios. Solo un puñado de líderes, como el rey Felipe VI de España, los presidentes Marcelo Rebelo de Sousa (Portugal) y Xavier Espot (Andorra), participaron en el evento, mientras que otros, como la mandataria mexicana Claudia Sheinbaum, el presidente argentino Javier Milei y el colombiano Gustavo Petro, optaron por asistir a otras reuniones internacionales.
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