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La falta de empatía y solidaridad que mostraron algunas personas en respuesta al pedido de ayuda de esta mujer es profundamente preocupante. En lugar de responder con compasión y apoyo, o en el último de los casos ignorar el pedido, muchas personas eligieron humillarla y ridiculizarla, demostrando una falta de respeto y consideración hacia su situación.

Es especialmente alarmante que estas respuestas se hayan producido en un entorno en línea, donde las personas a menudo se sienten más libres de expresar opiniones negativas y hacer comentarios hirientes. Esta falta de responsabilidad en línea es una tendencia que está erosionando nuestra capacidad para conectarnos y apoyarnos mutuamente como seres humanos.

La actitud de la persona que pidió ayuda a través de Facebook es valiente y humana, y merece ser respetada y apoyada. En lugar de ridiculizarla, debemos recordar que todos podemos encontrarnos en una situación de necesidad en algún momento de nuestras vidas. La empatía y la solidaridad son valores fundamentales que nos ayudan a mantener una sociedad fuerte y sana.

El trabajo también lo es. Por supuesto. Uno de los pilares fundamentales del desarrollo de los seres humanos. Pero el árbol no nos debe tapar el bosque.

El pedido de ayuda es algo que nació con la humanidad… y darla, muchas veces nos hace más felices que recibirla.

Como seres humanos, es importante que reflexionemos sobre cómo podemos fomentar el respeto, la empatía y la solidaridad en nuestras comunidades en línea. Debemos ser conscientes de cómo nuestras palabras y acciones pueden afectar a los demás, y trabajar para promover un diálogo respetuoso y constructivo que nos permita conectarnos como seres humanos. Solo así podremos construir una sociedad verdaderamente solidaria y justa.

A continuación, les compartimos la historia completa:

Una mujer decidió pedir ayuda a través de su cuenta de Facebook para poder comprar un horno y así poder desarrollar su trabajo de venta de productos caseros. El mensaje decía: “Si 10.000 personas me transfieren 10 pesos, junto $100.000 así me puedo comprar un hornito, ya que no tengo y hago cosas para vender y se me complica demasiado. Voy a estar muy agradecida. Es por una buena causa. Espero que funcione”.

Quizás el mensaje no tuvo la persuasión (de un experto en comunicación) necesaria para lograr el objetivo. Pero hay algo seguro: fue transparente y genuino.

Uno de los lectores de Diario Chilecito se movilizó, nos escribió y nos envió una copia del mensaje de ayuda de la mujer. Y aunque es algo que no hacemos a menudo, decidimos replicarlo para que más personas de Chilecito pudieran verlo y apelar al corazón solidario que siempre caracterizó a nuestra comunidad. Sin embargo, muchas personas comenzaron a reaccionar de manera negativa, humillando a la mujer con insultos, ironía y sarcasmo.

Algunos mensajes que recibió la mujer fueron:

«¿Me pagan las vacaciones por favor?

Jamás me humillaría pidiendo. Es muy fácil pedir hoy en día. Es más fácil pedir que trabajar.

No me interesa cómo me vean. Soy dueña de opinar de algo que se hace público y no tengo por qué callarme. Hay trabajo, pero es más fácil pedir.

Yo estaría necesitando un TV, el mío se me rompió… Vamos che, pónganse a trabajar y no pidan tanto.

Yo necesito si me pueden depositar 50 pesos cada uno para pagar Musimundo y sacar un secarropa, ¿puede ser?».

Y quizás por ponerse creativos para humillarla, lo que se les pasó por alto es que la mujer estaba pidiendo ayuda para comprar una herramienta para desarrollar su trabajo. Pero a eso nadie lo notó.

Sin embargo, también hubo un mensaje positivo de una persona llamada Gonzalo que reflexionó sobre la importancia de ayudar a los demás y ser solidarios:

“Elijo creer y ayudar… es una mísera colaboración para que una vecina pueda trabajar!!! Además, si le va bien, de alguna manera salimos beneficiados…

Todos alguna vez necesitamos una mano… y hoy en día escupir para arriba trae muchas más complicaciones!!!

Una pregunta: Cuando necesitaron esa ayuda, cuál fue la diferencia, ¿la publicación?

¿Se las dio mamá o papá?

Simple, pedir ayuda es eso, no importa a quién ni cómo!”

El equipo de Diario Chilecito, quienes nacimos y nos criamos en el pueblo, estábamos convencidos de que vivíamos en una comunidad solidaria y maravillosa, pero los mensajes negativos que recibió la mujer, nos sacudió.

Después de 30 minutos de haber replicado el mensaje de ayuda de la mujer, ésta se comunicó con nuestra redacción para solicitar que borráramos su publicación, ya que había recibido mensajes desagradables que la habían denigrado y la habían hecho sentir muy mal. La mujer se sintió humillada por la falta de empatía y solidaridad de la sociedad en redes sociales, y prefirió renunciar a su pedido de ayuda, antes que seguir recibiendo insultos y burlas.

Misión cumplida para quienes la humillaron: Hoy continúan siendo miserables (algo que parece no afectarles), y la mujer… la mujer se quedó sin ayuda. Ni si quiera en vísperas de Pascuas aprovechamos la oportunidad de dar una mano a otro ser humano que la necesitaba.

Con estas palabras no queremos agredir a nadie, ni esperamos mensajes de apoyo. Solo poner una pequeña pausa a nuestras vidas y reflexionar sobre lo que nos está pasando como sociedad.

Quizás mañana empecemos a cambiar nosotros, para por fin poder ver el cambio que le reclamamos al mundo.

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