● Mientras en el país se rompe récord de frío, en el área ambulatoria del Hospital Garrahan los calefactores están apagados. No por accidente. Por decisión política. Las enfermeras avisaron a las familias que trajeran mantas, mientras el termómetro baja y los consultorios se llenan de chicos con defensas bajas y tratamientos complejos. Afirman que desde Nación ya no los atienden.

● “Desde el invierno pasado venimos denunciando esto”, explicó Norma Lezana, referente del equipo médico. Contó que la nueva dirección del hospital no aparece, que el Ministerio de Salud de la Nación no envía respuestas y que las audiencias convocadas por la Secretaría de Trabajo llevan tres ausencias seguidas. “El diálogo está cortado para cosas que no pueden esperar”, agregó.

● El Garrahan requiere mantenimiento constante, pero en 40 días hubo más de 20 renuncias. Según señalaron quienes trabajan allí, ya no hay clima para sostener lo básico. “Nación nos soltó la mano y encima nos acusan”, dijeron. Mientras desde la presidencia apuntan contra los trabajadores, adentro se acumulan reclamos y faltan médicos.

● El 17 de julio está prevista una marcha federal en defensa del Garrahan. Pero eso es apenas un cartel más. Lo que duele es la escena: un hospital pediátrico sin calefacción en pleno invierno, mientras desde arriba, al calor del poder, nadie les atiende el teléfono.

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