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El piloto peruano Julio Rodríguez Granthon, preso en el penal federal de Ezeiza y capo de una organización narco que operaba desde sus inicios como la mayor proveedora de drogas de la banda rosarina «Los Monos» y que estaba vinculada comercialmente con el clan liderado por Esteban Lindor Alvarado, con lo que recaudaba cerca de 200 mil dólares cada 40 días, fue detenido en el marco de otra investigación en la que se le imputa, entre otros delitos, el tráfico de 567 kilos de marihuana secuestradas en mayo pasado en Santa Fe.

Fuentes judiciales y policiales confirmaron que el denominado «narcopiloto» peruano está acusado de seguir comandando desde la cárcel la operatoria de la organización narco, y quedó detenido e imputado junto a otras once personas, entre ellas su «mano derecha» identificada como Facundo Ariel Pérez (30), alias «Jirafa», durante unos 30 allanamientos realizados por la Policía Federal en distintas viviendas y celdas del Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza y de la cárcel de Coronda, en Santa Fe.

Los investigadores, que trabajaron bajo las órdenes de la Procuraduría de Nacrocriminalidad (Procunar), a cargo de Diego Iglesias, y del fiscal federal 2 de Rosario, Claudio Kashimoto, consideraron que con la detención de los 12 imputados, quedó desarticulada la totalidad de la organización, entre ellos los integrantes de la cúpula de mando, la estructura logística y los responsables del lavado de activos del grupo criminal.

«Esta banda criminal tenía su epicentro en la ciudad de Rosario», contó el comisario general Juan Carlos Hernández, máxima autoridad de la PFA, en una conferencia de prensa realizada en el salón Maipú de la sede del Cuerpo de Policía Montada, ubicada en el barrio porteño de Palermo.

El jefe de la PFA indicó que el operativo desplegado por un grupo de elite del Departamento de Investigaciones Especiales incluyó una innovación en la modalidad de despliegue de la Fuerza Federal, ya que los allanamientos «fueron ejecutados de forma quirúrgica y a lo largo de 72 horas», lo que permitió mantener el secreto de las operaciones en conjunto y el monitoreo de los movimientos de los investigados.

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