● El comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, denunció en la cumbre de la Organización para la Cooperación Islámica que el nuevo sistema de distribución humanitaria en Gaza, promovido por Estados Unidos e Israel, está generando más muertes que alivio. Lo calificó de “abominación” y “trampa mortal” que humilla a una población desesperada, al señalar que dos millones de personas están siendo matadas de hambre.

● Desde enero, Israel vetó a la UNRWA como distribuidora principal y avaló en mayo a la fundación estadounidense Gaza Humanitarian Foundation, aunque sus convoyes han sido resguardados por fuerzas que dispararon contra palestinos que buscaban acceder a los insumos. Lazzarini advirtió que la comida “se usa como arma” y que se está despojando a los palestinos “de su humanidad”.

● La situación crítica alcanza también al propio personal humanitario: al menos 318 empleados de la UNRWA fueron asesinados —muchos junto a sus familias— desde el inicio del conflicto. A pesar de ello, la agencia continúa brindando 150.000 consultas médicas diarias, distribución de agua potable y recolección de residuos, gracias al esfuerzo de su equipo local.

● El diplomático suizo-italiano alertó que la UNRWA está al borde del colapso financiero, lo que tendría consecuencias devastadoras no solo para Gaza, sino también para la estabilidad de países vecinos que dependen de su asistencia. Advirtió que el desmantelamiento progresivo del organismo podría agravar la crisis regional y potenciar el caos humanitario.

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