Una jubilada riojana contó cómo enfrenta la inflación y el recorte de gastos: apenas accede a alimentos básicos, vive con lo justo y aseguró que su hijo tampoco puede ayudarla por tener sus propios problemas.
En medio del ajuste económico que golpea con más fuerza a los sectores más vulnerables, una jubilada de Chilecito expresó su angustia diaria para poder llegar a fin de mes. «Tengo un solo hijo y también tiene sus problemas, así que bueno, trato de llegar como puedo», relató.
Al ser consultada sobre su situación, fue contundente: «Trato de sobrevivir, de sobrevivir». Entre los recortes más duros mencionó la alimentación: “La carne, por ejemplo, la veo dos veces al mes”.
La mujer remarcó que todo se volvió cada vez más difícil: «No se puede, es duro, realmente es duro». Su testimonio refleja la realidad de miles de adultos mayores que, con jubilaciones mínimas, deben ajustar sus hábitos, eliminar gastos esenciales y afrontar el día a día sin acompañamiento estatal suficiente.
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