● Una comerciante denunció la sustracción de diversos elementos de su salón de eventos ubicado en barrio Santa Rita, en Chilecito. Entre lo faltante mencionó matafuegos, espejos decorativos, un equipo de wifi, mercadería y las llaves del local.

● La investigación determinó que el ingreso ocurrió por una puerta trasera de aluminio, cuya cerradura fue vulnerada al hacer caer la llave para luego abrirla. La víctima advirtió el hecho al regresar en horas de la noche tras un fin de semana de ausencia.

● Semanas después, un comerciante del rubro de matafuegos declaró que había comprado dos equipos al imputado y, al sospechar de su origen, decidió entregarlos a la Policía. Ese aporte permitió recuperar parte del material sustraído y vincular directamente al sospechoso.

● Ese mismo día, la madre del acusado se presentó de manera espontánea y entregó un módem, espejos y mercadería que su hijo había llevado a su domicilio. Manifestó desconocer el origen de los objetos, pero consideró necesario ponerlos a disposición de las autoridades.

● Con estas pruebas, la Fiscalía imputó a un joven de apellido Cáceres por hurto agravado por el uso de llave verdadera, figura prevista en el artículo 163 inciso 3 del Código Penal Argentino. El juez Jorge Jalil dictó su procesamiento y ordenó un embargo por un millón de pesos para cubrir posibles multas y costas.

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