En vísperas de la elección presidencial, el FBI y el Servicio Secreto aumentaron la seguridad en Washington, especialmente en la Casa Blanca y puntos clave del centro. Se instalaron vallas y refuerzos en previsión de posibles disturbios políticos.
A pocas horas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Washington D.C. se convirtió en una fortaleza con medidas de seguridad excepcionales. El FBI y el Servicio Secreto instalaron barreras metálicas de casi ocho pies alrededor de la Casa Blanca, protegiendo su perímetro con una doble fila de vallas que limita la visibilidad del recinto. Estos refuerzos también se replicaron en otras instituciones y puntos neurálgicos de la capital.
Los negocios y comercios de la zona centro tomaron precauciones, reforzando sus vidrieras ante el riesgo de posibles actos violentos, mientras que las fuerzas de seguridad intensificaron su presencia en la ciudad. Además, en los alrededores de la Casa Blanca se observan andamios, parte de los preparativos para la toma de posesión presidencial, que contribuyen a la atmósfera de prevención.
La situación en Washington refleja la cautela ante posibles disturbios en este momento político crítico.
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