El Ejecutivo nacional oficializó el cierre definitivo de la ex Ciccone Calcográfica, estatizada en 2012. Según el ministro de Economía, Luis Caputo, la medida permitirá un ahorro de $5 mil millones anuales, mientras las maquinarias serán reubicadas en distintas dependencias del Estado.
El Gobierno anunció que las máquinas destinadas a la producción de chapas patentes serán trasladadas a un depósito en Retiro, donde continuarán en funcionamiento. En tanto, los equipos utilizados para fabricar pasaportes también se reubicarán para mantener la operatividad.
Los 270 empleados de la imprenta fueron puestos en licencia hasta el 25 de noviembre. Para esa fecha, las autoridades definirán si serán reubicados en otras dependencias estatales o desvinculados definitivamente.
El edificio, por su parte, quedará disponible para subasta, al considerarse un símbolo de la corrupción estatal, vinculado al caso que llevó a la condena del ex vicepresidente Amado Boudou.
Desde el oficialismo destacaron que esta decisión busca optimizar recursos y dar un uso más eficiente a los bienes estatales. La oposición cuestionó la medida por sus implicancias laborales y patrimoniales.
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