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Industria y Construcción sufren caídas drásticas en marzo, con descensos del 42,2% y 21,2% respectivamente, según el Indec. Es la mayor caída industrial desde abril de 2020 y la más pronunciada en Construcción desde mayo de 2020, acumulando 10 y 5 meses consecutivos de declive respectivamente. La pérdida de 398.289 puestos de trabajo en Construcción acentúa la preocupación.

La economía está sufriendo un duro golpe, y no es solo una fase pasajera. Incluso los gigantes de la economía están sintiendo el impacto. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), la producción industrial se desplomó un 21,2% en marzo en comparación con el año anterior, marcando el peor desempeño desde la pandemia.

La industria manufacturera, que es un gran motor económico, ha sufrido fuertes golpes en todas sus divisiones. Sectores clave como alimentos y bebidas, maquinaria, y productos metálicos, entre otros, han registrado caídas alarmantes que van desde el 14,2% hasta el 42,8%.

Este declive no es nuevo; de hecho, lleva diez meses consecutivos en picada. La última vez que la industria mostró crecimiento fue en mayo de 2023. Desde entonces, la situación ha empeorado mes a mes.

Y no hay buenas noticias a la vista. Los empresarios consultados son pesimistas, y no esperan mejoras significativas hasta finales de este año. Para que el mercado interno se reactive, se necesita un aumento real en los salarios y una mejora en la competitividad para las exportaciones, que se han visto afectadas por la inestabilidad del dólar y la inflación en aumento.

El Derrumbe en la Construcción

La construcción, otro pilar económico, también está en problemas. La actividad se desplomó un 42,2% en marzo en comparación con el año anterior, marcando una caída del 30,3% en el primer trimestre. Este sector ha experimentado cinco meses seguidos de declive y ha cerrado en números rojos en once de los últimos doce meses.

El Indec revela que la demanda de materiales de construcción ha sufrido un golpe aún mayor. Ningún material evaluado ha mostrado resultados positivos, y algunos han caído más del 50%. Por ejemplo, la demanda de asfalto se ha reducido en un 69,2%.

Además, la mano de obra formal en el sector se redujo un 11,6%, y se autorizó un 12,1% menos de nuevas obras en febrero.

Estos resultados no sorprenden dado que el gobierno eliminó el financiamiento para la obra pública, centrándose solo en proyectos en curso. La construcción privada también ha sufrido, como lo demuestran las ventas de materiales como el cemento, que se han desplomado en los últimos meses.

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