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“Se lo llama el asesino invisible porque no tiene olor, no tiene color, no tiene sabor, no irrita los ojos ni la nariz”, remarcaron. Advirtieron que “las intoxicaciones con monóxido de carbono son más frecuentes en épocas frías, porque aumenta el uso de todo tipo de calefactores y porque suelen cerrarse las puertas y ventanas impidiendo la llegada de aire fresco”.

Desde el Hospital Eleazar Herrera Motta, a través del Servicio de Neumonología brindaron recomendaciones a la población sobre cómo evitar intoxicaciones por monóxido de carbono.

Al respecto, la doctora Natalia Yapur explicó que “es un gas muy tóxico para las personas y los animales, que ingresa al organismo a través de los pulmones y desde allí pasa a la sangre, ocupando el lugar del oxígeno”.

“Reduce la capacidad para transportar oxígeno de la sangre y hace que las células no puedan utilizar el oxígeno que les llega. La falta de oxígeno afecta principalmente al cerebro y al corazón.  Esto puede provocar intoxicaciones graves, incluso la muerte”, alertó.

“Las intoxicaciones con monóxido de carbono son más frecuentes en épocas frías, porque aumenta el uso de todo tipo de calefactores y porque suelen cerrarse las puertas y ventanas impidiendo la llegada de aire fresco, y también la salida de los gases tóxicos que se acumulan en el interior de las viviendas”, ratificó.

Por ello es muy importante la ventilación: “Esto evitará la acumulación de gases tóxicos en el interior de las viviendas. Por eso fundamental el control de la instalación y el buen funcionamiento de artefactos, pero además, tenemos que mantener los ambientes bien ventilados”.

“Si se encienden brasas o llamas de cualquier tipo, no dormir con éstas encendidas. Siempre apagar fuera de la casa. No usar el horno u hornallas de la cocina para calefaccionar el ambiente. No mantener recipientes con agua sobre la estufa, cocina u otra fuente de calor. El calefón no debe estar en el baño, ni en espacios cerrados o mal ventilados. Y no encender motores a combustión (grupos electrógenos, motosierra, etc.) en ambientes cerrados, en sótanos o garajes”.

En cuanto a síntomas, sostuvo: “Cuando una o varias personas al mismo tiempo, tras estar en un ambiente cerrado, presentan dolor de cabeza, mareos, somnolencia, debilidad, cansancio, náuseas/vómitos, pérdida del conocimiento y/o convulsiones, palpitaciones, dolor de pecho, y paro cardiorrespiratorio”.

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