Tras el operativo policial que culminó con la detención de Jorge Castillo, la feria de La Salada quedó clausurada y cientos de trabajadores perdieron su fuente de ingresos. Desde entonces, puesteros, carreros y remiseros iniciaron protestas para exigir la reapertura del predio.
Durante la mañana, un nuevo micro de la Policía Federal ingresó al lugar para relevar efectivos mientras los feriantes reclamaban poder volver a trabajar. “Somos gente humilde, cada puesto representa a una familia que hoy no tiene cómo sostenerse”, manifestó uno de los manifestantes.
La tensión creció con el correr de las horas, ya que desde el lunes, tras los allanamientos, la feria permanece cerrada. Vendedores del conurbano y del interior del país se sumaron al reclamo. Aseguraron que no buscan confrontar, sino recuperar el espacio que consideran su sustento diario.
“La Justicia nos usurpó el derecho a trabajar”, remarcaron con carteles en mano frente a la presencia policial.
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