Julio Gette, apicultor, explicó que los enjambres de abejas suelen formarse cuando no se realiza un manejo adecuado de las colmenas, lo que provoca la creación de nuevas familias en lugar de acumular miel. En verano, estos enjambres buscan lugares para alojarse, lo que representa un riesgo debido a la gran cantidad de personas que transitan por la ciudad.
El apicultor recomendó retirar los enjambres en invierno, ya que en esa estación las abejas están aletargadas, lo que minimiza las posibilidades de ataques. En cambio, durante el verano, las abejas activas pueden sentirse amenazadas y atacar si se intenta manipularlas.
Gette también destacó que los enjambres silvestres son más impredecibles y agresivos en comparación con razas criadas como la italiana o la caucásica, que están habituadas al contacto humano. Subrayó la necesidad de abordar esta situación con precaución, especialmente en espacios concurridos como plazas y lugares públicos.
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