● El Gobierno volvió a hablar de salir a buscar crédito afuera y la noticia encendió preguntas en plena calle. La idea surge porque el país necesita sumar dólares, pero la desconfianza del mercado hace que el costo sea muy alto.

● La situación se dio porque los inversores no bajan la guardia y siguen pidiendo tasas elevadas. En palabras simples: si alguien presta, quiere cobrar caro, y eso hace difícil avanzar con un plan que pretende ser “ordenado y tranquilo”.

● Desde el equipo económico aseguran que esperan una mejora en el clima financiero. Dicen que, si el costo baja, la salida sería posible y permitiría fortalecer las reservas sin generar saltos bruscos en la economía cotidiana.

● Lo que pase ahora tocará la vida de la gente. Si la operación avanza, puede traer algo de respiro; si no, la presión sobre los precios y sobre el dólar puede sentirse de nuevo en las compras de todos los días.

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