● El secretario general de la OTAN optó por un tono cuidadoso tras las nuevas amenazas del presidente ruso, que volvió a hablar de una posible guerra con Europa. Las imágenes de Putin vestido de militar reforzaron la tensión y dejaron preguntas sobre sus próximos pasos.

● Según explicaron desde la alianza, las apariciones del mandatario fueron analizadas como gestos hacia el interior de Rusia más que como señales de un movimiento inmediato en el campo de batalla. Lo describieron como un mensaje hacia su tropa, pero grabado lejos de la línea de combate.

● Mark Rutte evitó responderle de manera directa y señaló que “se lo vio con uniforme, pero lejos del frente”, marcando distancia sin escalar la discusión. Al mismo tiempo, reconoció que siguen de cerca las reuniones entre Moscú y los enviados de Estados Unidos.

● Lo que viene dependerá de cómo avancen esas negociaciones y de la reacción de los gobiernos europeos. Para mucha gente, lo importante es si estas tensiones podrían derivar en más controles, subas en defensa o cambios que afecten la vida cotidiana.

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