La investigación por la desaparición de Pedro Kreder y Juana Morales, en Chubut, cambió su foco al cumplirse veinte días sin rastros de la pareja. La decisión más relevante fue el inicio del trabajo con unidades caninas especializadas en la detección de restos humanos, lo que formalmente indicó que los investigadores pasaron de una operación de rescate a una de recuperación.
Este cambio de estrategia obedeció a la falta de pistas concretas y al tiempo transcurrido desde la desaparición de los jubilados, a pesar de los intensos rastrillajes por tierra, mar y aire. Los investigadores confirmaron que la última imagen de Pedro y Juana fue captada por una cámara de seguridad en Caleta Córdova (barrio de Comodoro Rivadavia), donde se los vio pasar en su camioneta por la Ruta Provincial 1, justo antes de que el camino se transformara en ripio.
Este dato resultó crucial, ya que descartó que la pareja sufriera un hecho de inseguridad hasta ese punto. La zona donde se encontró la camioneta, un terreno inhóspito y sin cámaras, es ahora el «área gris» de la investigación, donde los especialistas buscan sin descanso, aunque la esperanza de hallarlos con vida se reduce lógicamente.
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