La ola de calor que se extendió del 3 al 18 de agosto provocó 1.149 muertes y coincidió con incendios que arrasaron más de 382.000 hectáreas, la mayor cifra en casi 20 años.
Entre el 3 y el 18 de agosto, España soportó una ola de calor que se convirtió en una de las más largas de las últimas cinco décadas. Las temperaturas superaron los 40° en varias regiones y dejaron 1.149 muertes atribuidas al exceso térmico, según estimaciones del Instituto de Salud Carlos III.
El sistema de monitorización “MoMo”, que compara la mortalidad diaria con los registros históricos, calculó que el exceso de fallecimientos estuvo directamente vinculado al calor extremo, aunque aclaró que no puede establecer una causalidad absoluta.
A la emergencia sanitaria se sumaron incendios que devastaron 382.600 hectáreas, un número récord que no se registraba desde hacía casi veinte años. Las autoridades advirtieron que el cambio climático intensifica este tipo de fenómenos y que los efectos sobre la salud y el ambiente se hacen cada vez más graves.
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