● El sector pyme vinculado a ferreterías, corralones, materiales eléctricos y de construcción atraviesa un escenario inestable: según el último informe de CAME, las ventas minoristas subieron apenas 0,7% interanual en junio, pero cayeron un 4,2% en relación con mayo. Los empresarios del rubro señalan altos costos operativos, presión impositiva, baja rentabilidad y una demanda concentrada exclusivamente en productos básicos o de reparación.

● Pese a algunos movimientos puntuales impulsados por el aguinaldo y el frío —como calefacción y colchonería—, la mayoría de los locales reportó circulación reducida, bajo nivel de consumo y escasa rotación de stock. Las ventas con tarjeta ganaron protagonismo, pero sin mejoras reales en el ticket promedio. La estacionalidad invernal también impactó negativamente en el ritmo de obras.

● La falta de financiamiento, la competencia informal y la ausencia de cuotas bancarias complicaron aún más la situación. Algunos comerciantes reportaron muchas consultas que no se convirtieron en ventas, y las estrategias más exitosas se enfocaron en el efectivo con descuento o en campañas por redes sociales. Aun así, no lograron revertir la tendencia general.

● La foto es clara: tras el ajuste en tarifas, la expectativa de inversión privada en el sector sigue sin traducirse en mejoras concretas. La “libertad de mercado” prometida contrasta con una realidad donde miles de pequeños comercios pelean por sostener márgenes mínimos y evitar despidos. Desde CAME señalaron que podría haber una leve reactivación en julio si queda remanente del aguinaldo, aunque las perspectivas siguen condicionadas por la inestabilidad macroeconómica.

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