Desde el Vaticano, el Sumo Pontífice hizo un nuevo llamado urgente a los líderes del mundo para poner fin a las guerras en curso, señalando el sufrimiento de millones de civiles en Gaza, Ucrania, Irán e Israel.
Durante su homilía, el vocero del Vaticano transmitió un mensaje contundente del Papa: “El corazón de la Iglesia es traicionado por los gritos que se levantan desde los lugares de guerra”. Recordó que la violencia ya no distingue fronteras ni credos, y que las víctimas siguen siendo, en su mayoría, inocentes.
El Papa pidió no acostumbrarse a la guerra ni ceder a su tentación, y repitió palabras de su antecesor, Pío XII: “Nada se pierde con la paz, todo se pierde con la guerra”. También denunció que los conflictos actuales emplean armas “científicas”, una expresión con la que criticó el uso de tecnología bélica avanzada que aumenta la destrucción.
Finalmente, llamó a respetar la dignidad humana y a evitar que el sufrimiento siga creciendo en nombre del poder.
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