El reciente acuerdo comercial entre el MERCOSUR y la Unión Europea generó reacciones opuestas a ambos lados del Atlántico. En Montevideo, el anuncio fue celebrado como un hito tras años de negociaciones. España calificó el pacto como «magnífica noticia» y destacó su impacto histórico en la relación entre ambas regiones, siendo junto a Alemania uno de los impulsores clave para acelerar las conversaciones.
Sin embargo, el tratado, aún pendiente de ratificación, enfrenta fuerte resistencia en Europa, particularmente del sector agrícola. Productores europeos expresaron su preocupación por la llegada de productos latinoamericanos que, según ellos, competirían de forma desleal. “Importaremos productos a mucho menor costo que no cumplirán con las estrictas normativas sanitarias que nosotros debemos acatar”, advirtió un representante agrícola, señalando que esto podría generar un impacto severo en la industria local.
El proceso de ratificación podría encontrar serios obstáculos, reflejando la tensión entre la apertura comercial y la protección de los sectores más vulnerables de ambos bloques.
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