En la actualidad, el desarrollo turístico en la provincia de La Rioja se erige como un factor económico vital, evidenciando un crecimiento notable y sostenido. La prominencia de esta actividad se ha intensificado, particularmente a partir de la irrupción de la pandemia de Covid-19. Aunque numerosos prestadores de servicios llevan décadas atendiendo a turistas, el panorama actual destaca por su impacto y visibilidad. Por Leopoldo José Badoul, Presidente de la Cámara Cámara de Turismo de La Rioja; Presidente de la AEVyT La Rioja.
Hace más de cincuenta años, las primeras excursiones turísticas comenzaron a explorar el territorio, en especial la región conocida hoy como Oeste Grande Riojano. Lugares emblemáticos como la Cuesta de Miranda, Talampaya y el Valle de la Luna despertaron un gran interés y motivación. Postales de época atestiguan este surgimiento.
Desde algunos visionarios como mi padre y otros emprendedores, fueron sumándose inversiones como los Hoteles de Turismo, o el innegable aporte del Automóvil Club Argentino (ACA) con sus famosos mapas y guías; donde instaban a sus socios a conocer lugares inexplorados del país, como la Ruta 40.
La década de los ’80 marcó un hito con la llegada de nuevas formas de comunicación que favorecieron la promoción de los atractivos riojanos. Entusiastas anónimos jugaron un rol crucial al dar realce al potencial de recursos hasta entonces subutilizados.
Programas televisivos nacionales y provinciales, como «La Rioja Que Usted no conoce» en Canal 9 de La Rioja e «Itinerario» en Canal 12 de Córdoba, destacaron los encantos de la región. Samay Huasi también aportó significativamente al traer contingentes de diversas edades en colaboración con la Universidad Nacional de La Plata.
Exploradores en vehículos 4×4, motociclistas y fotógrafos jugaron un papel esencial al mostrar los tesoros descubiertos. Talampaya emergió como un sitio prominente, accesible y respaldado por las direcciones de turismo de la época.
De esa manera, el desarrollo turístico iba cimentándose; surgían nuevos hoteles, restaurantes y empresarios, especialmente en la Capital, Chilecito y Villa Unión.
Llegado el Siglo XXI, la explosión mediática incipiente, internet, etc. fueron trasladando al mundo nuestros escondidos sitios turísticos. Algunos amigos crearon uno de los primeros sitios web, “chilecito.net”, allá por el 2001.
La provincia estableció parques y reservas provinciales como Laguna Brava, Cerro Bola y Talampaya, visibles en la publicidad gubernamental. La protección ambiental a nivel de Parques Nacionales y la declaración internacional de Patrimonio Natural de la Humanidad – compartida con Ischigualasto – marcaron un paso hacia adelante. Laguna Brava se convirtió en un “Sitio Ramsar”.
Se comenzó a participar en ferias turísticas y nacieron cámaras y asociaciones para facilitar el desarrollo de la actividad privada y la articulación con el sector público. Coincidiendo en la necesidad de inversión, aparecieron nuevos hoteles, especialmente en el Valle del Bermejo; muchos restaurantes, casas de regionales y también, varias nuevas empresas de viajes y turismo en gran parte de la provincia.
Con el paso de los años las universidades provinciales han ido aumentando a su currícula de carreras vinculadas al turismo. De esta manera se jerarquizó también la actividad con la formación académica de guías de turismo, técnicos, licenciados y otros profesionales formados en la actividad.
Este proceso condujo al surgimiento de numerosas asociaciones privadas en La Rioja, tales como la Asociación de Guías Turísticos (AGUITUR), la Asociación de Profesionales de Turismo (COPROTUR), las Cámaras de Turismo en Bermejo, Famatina y Chilecito; la Asociación de Empresas de Viajes y Turismo (AEVYT) y la Cámara de Hoteles y Gastronómicos (FEHGRA). Muchas de ellas confluyen en la Cámara de Turismo de la Provincia de La Rioja, que agrupa a diversas asociaciones y cámaras.
Muchas de ellas conforman a una institución que las contiene; la Cámara de Turismo de la Provincia de La Rioja, cuyos miembros son solamente Asociaciones y Cámaras.
Estas entidades también se vinculan con federaciones a nivel nacional, como FEDECATUR, FAEVYT, FEHGRA y CAT, lo que confiere a La Rioja una presencia constante en las decisiones del sector turístico privado a nivel nacional.
La dinámica de estas organizaciones permite representar las inquietudes de los socios, generar espacios de diálogo y colaboración entre el sector privado y público, a todos los niveles. En este escenario, el reto actual radica en consolidar la profesionalización y formalización continua del sector, para mantener altos estándares de calidad en un contexto de competitividad global.
Con esta breve y seguramente incompleta historia de nuestra actividad, se muestra la complejidad de la misma y el grado de profesionalización que alcanzó. Sin dudas, la realidad actual presenta un alto grado de competitividad, lo que exige altos estándares de servicios turísticos que tienden a la excelencia. La trazabilidad del negocio redunda en una mejor calidad de vida a partir de ingresos en muchas otras actividades transversales que ya perciben el aporte virtuoso del mismo.
Es el momento de consolidar el acompañamiento contextual, púbico y privado; para continuar este progreso con los altos estándares de calidad y exigencia que los nuevos turistas demandan.
(*) Leopoldo José Badoul, Presidente de la Cámara Cámara de Turismo de La Rioja; Presidente de la AEVyT La Rioja