Estados Unidos solicitó oficialmente reingresar en la Unesco, que abandonó durante el mandato de Donald Trump, anunció Audrey Azoulay, directora general del organismo de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. «Deseo informarle (…) que Estados Unidos tiene el honor de proponer un plan para su regreso a la Unesco», escribió Richard Verma, adjunto al jefe de la diplomacia estadounidense, en una carta a Azoulay recogida por la agencia de noticias AFP.
«Me alegro de este fuerte voto de confianza», celebró en un comunicado la directora general de la organización.
Azoulay informó este lunes de las intenciones de Washington a los 193 países miembros de la organización de la ONU, que deben ahora decidir por mayoría -en una votación prevista en julio- si aceptan el reingreso.
«El regreso de Estados Unidos proporcionará un nuevo impulso necesario», aseguró la representante de Brasil durante la reunión, en la línea de la mayoría de reacciones.
Incluso el embajador de China ante la Unesco, Yang Jin, anunció que no se opondrá al regreso de Washington y que su país está listo «para trabajar con todos los Estados miembros, incluso con Estados Unidos».
La decisión estadounidense llega en un contexto de rivalidad cada vez más fuerte con China, que desea transformar el orden multilateral internacional creado tras la Segunda Guerra Mundial y del que la Unesco es una rama.
El Estados Unidos de Trump anunció en octubre de 2017 su marcha de la organización por su «persistente sesgo antiisraelí». Esta retirada, acompañada de la de Israel, se hizo efectiva en diciembre de 2018.
Pero la administración de Joe Biden considera que esto permite a China tener más influencia en las reglas sobre inteligencia artificial. En 2021, la Unesco elaboró recomendaciones sobre la ética y la IA.
«Creo que deberíamos volver a la Unesco, no para hacerle un regalo, sino porque las cosas que pasan en la Unesco son importantes», declaró en marzo en el Senado el secretario de Estado norteamericano Anthony Blinken.
Además, Rusia, China e Irán -países con los que Estados Unidos mantiene relaciones complejas- forman parte de la organización, que desde la invasión rusa de Ucrania lanzada en febrero de 2022, vivió debates tensos.
Desde 2011 y la admisión de Palestina en la Unesco, Washington suspendió su financiación a esta organización de promoción de la Cultura, la Educación y las Ciencias, pese a representar el 22% del presupuesto total.
La deuda estadounidense contraída entre 2011 y 2018 con esta organización con sede en París se eleva ahora a 619 millones de dólares, una cifra superior al presupuesto anual de la Unesco, estimado en 534 millones de dólares.